Aprender alemán en Berlín – Entrevista con James, de überlin
Actualizado el November 13, 2015 / Actualizado el November 8, 2022
Este mes, nos complace presentar una nueva serie de posts dedicados a aprender alemán en Berlín.
Como quizás sepáis, las oficinas de Lingoda están situadas en la capital alemana. Berlín es también increíblemente cosmopolita y sus habitantes proceden de toda Europa y del mundo, con más de 190 nacionalidades representadas en la actualidad.
Muchos de los que se mudaron a Berlín por su coste de vida asequible y su atmósfera de libertad espiritual, tan favorable para artistas y jóvenes profesionales, tienen problemas para aprender alemán. El inglés es el idioma común más sencillo para los extranjeros, quienes suelen ser capaces de arreglárselas sin llegar a aprender alemán.
La mayoría de ellos intentan aprender alemán, pero no siempre lo consiguen. Por esta razón, hemos decidido entrevistar a cuatro reconocidos blogueros extranjeros que viven en Berlín. En esta ocasión, les preguntamos acerca de su proceso de aprendizaje del alemán y sus experiencias como hablantes no nativos que viven en Berlín.
El primero de ellos es James, gestor de überlin, uno de los blogs de habla inglesa sobre Berlín más conocidos.
Me llamo James Glazebrook y soy la mitad de überlin, uno de los blogs más importantes sobre Berlín en lengua inglesa, además de uno de sus espacios de co-working más pequeños.
Me mudé aquí hace cinco años por las mismas razones que todos los demás: los costes de vida son (todavía) más baratos que donde vivía antes (Londres), es una ciudad muy chula, creativa, colaborativa y tiene, relativamente, pocos obstáculos de entrada para quienes intentan cosas nuevas.
Más o menos. Tomé lecciones durante dos años en el colegio, pero en Inglaterra nunca enseñan lenguas extranjeras como se utilizan en la realidad. El hecho de que mi profesor de alemán (y francés) estuviera obsesionado con trenes, lo que excluía cualquier otro tema, no ayudaba. Cuando comenzamos a pensar por primera vez en mudarnos a Berlín, tomamos algunas clases por la tarde, lo que nos proporcionó unos fundamentos realmente básicos. Pero, sinceramente, creo que necesitaba estar inmerso en el idioma y en el propio país antes de que comenzara a tener sentido de verdad.
Es complicado. Sí, puedes “arreglártelas” sin saber más que unas pocas frases, pero eso te conduce a una existencia solitaria, lo cual no es sostenible. Dicho esto, no importa cuánto alemán aprenda, siempres seré extranjero. Pero, aunque nunca pase como berlinés, creo que debería ser capaz de comunicarme con la gente del país en el que vivo. Cuanto más alemán pueda hablar y entender, menos sanguijuela expatriada me sentiré.
He escrito antes sobre lo afortunados que somos de que la gente, empresas e instituciones de Berlín se adapten a los hablantes ingleses, pero es una locura que algunos no sean capaces de comunicarse en alemán. He leído algunos argumentos convincentes en defensa de los lugares que exclusivamente hablan inglés (incluso publicamos uno), pero no me convencen demasiado. Esto todavía es Alemania, el alemán es el idioma oficial y cualquiera que sirva al público debería ser capaz de comunicarse, al menos, a un nivel básico. Una amiga llevó a los padres de su novio alemán a comer a un sitio que no tenía menús en alemán y el camarero se ofreció a traducirles todo. Eso no es una solución, y no es aceptable, especialmente en un lugar que pretende ser “100% Neukölln”.
Sí y no. Todavía me queda mucho para poder hablar con fluidez y tengo un piso, un perro y un negocio. La verdad es que en Berlín suele ser posible encontrar a alguien que escuche tu alemán rudimentario, que hable inglés o que te traduzca en caso de que esto no sea posible. Sin embargo, yo soy escritor y bloguero (un comunicador) y me resulta doloroso no ser capaz de expresar mis pensamientos. Me costó cuando aprendí alemán al principio, porque odiaba cometer errores, pero he mejorado y me he relajado lo suficiente como para comunicarme, incluso si no siempre está bien lo que digo. Ah, y ahora trabajo a distancia para una empresa estadounidense, pero cuando solicito trabajos aquí, mi nivel de alemán realmente limita mis opciones. Ninguna empresa alemana quiere un gerente de redes sociales que no pueda hablar con fluidez en la lengua correspondiente del país.
Vivir en Berlín. La ciudad es tan internacional que, en muchas situaciones, el idioma común es en realidad el inglés. Además, la mayoría de alemanes tienen unas habilidades impresionantes para el inglés, muchos de ellos son anglófilos y muchos de los que se mudan a Berlín desde otras partes del país adoptan también este cosmopolitismo. Si no trabajas en una oficina de la vieja escuela de Alemania y no estás sobrepasado en número por alemanes en tu WG, entonces no “necesitas” demasiado el alemán para arreglártelas y no tendrás demasiadas oportunidades para practicar. Para mí, aprender alemán se ha convertido en algo sobre lo que tengo que hacer un esfuerzo conjunto, un compromiso real a largo plazo de progreso lento y constante.
Inténtalo. No te pongas histérico porque el alemán parezca aterrador al principio. En realidad, es más lógico y, probablemente, más fácil de aprender para hablantes no nativos que el inglés. Si procedes de una cultura de aprendices de idiomas perezosos, como yo, intenta disfrutar del reto. No te preocupes por hacer las cosas perfectas y céntrate en el hecho de que estás creciendo como persona y mejorando tus perspectivas aquí. Para finalizar, algunos trucos prácticos: http://www.uberlin.co.uk/how-to-improve-your-german-in-berlin/.
Nunca olvidaré el primer chiste que hice en alemán. No fue genial, pero hizo que alguien en el Zollamt se riera, lo que tiene que contar para algo. Estaba allí para recoger unas joyas que mi mujer había pedido online desde América. Cuando describí lo que incluía el pedido (anillos, un collar…), dije algo parecido a “no son para mí”. No recuerdo las palabras exactas, pero soltaron una risita.
No me hagas elegir. El alemán tiene muchas palabras raras, maravillosas y fantásticamente específicas. Una de mis favoritas es una bastante coloquial: Nackenkater, que significa “resaca de cuello”, es decir, el dolor que se siente tras cabecear mucho (auf Englisch: bangover).
Una palabra problemática que tengo que utilizar todo el tiempo es el nombre de la calle donde se encuentra nuestro espacio de co-working: Böckhstrasse. Pídele a algún alemán que intente pronunciarla. Posiblemente, esa “h” aleatoria les causará problemas. Son muchas las veces que he tenido que deletrear esta palabra a los taxistas y siempre me corrigen. Ahora lo que hago es pedir que me lleven a una calle cercana cuyo nombre sí puedo pronunciar.
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