Cómo celebrar el Día de los Muertos

Mientras que el mundo anglosajón celebra Halloween el último día del mes de octubre cada año, el atractivo de la alternativa mexicana (el Día de los Muertos) se muestra más fuerte que nunca. Hoy en día, esta fecha no solo se celebra en México, sino también en el resto del mundo, en lugares o regiones que acogen a una comunidad hispana considerablemente grande.

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Origen

De acuerdo con los historiadores, los rituales vinculados al Día de los Muertos se remontan entre 2.500 y 3.000 años atrás. Estas celebraciones se desarrollaron a partir de antiguas tradiciones y ritos indígenas, pero no empezaron a ser conocidas fuera de estas comunidades hasta que los conquistadores españoles desembarcaron en América Central hace unos 500 años. Al contrario de otras tradiciones culturales en honor a los muertos, el Día de Muertos es una celebración alegre.

El 1 de noviembre honra la memoria de los bebés y niños que se han ido y se conoce como Día de los Inocentes, mientras que el día siguiente, el 2 de noviembre, está dedicado a los adultos que han fallecido y es el Día de los Muertos propiamente dicho.

Celebraciones

En estos días, familiares y amigos se dirigen a los cementerios y decoran las tumbas y lápidas con coloridos objetos, comida y bebida. Por ejemplo, en las tumbas de los adultos se suele colocar tequila, mientras que las tumbas de los niños se decoran con juguetes. Entre la comida destacan la calabaza confitada y el pan de muerto, un pan tradicional horneado para la ocasión.

Las tumbas también se decoran con maravillas, la flor tradicional que se asocia con el Día de los Muertos. Su hermoso color amarillo y naranja ayuda a que este ritual resulte más alegre.

En ocasiones, la gente prepara altares en su propia casa y coloca ofrendas similares a las de los cementerios en honor a sus muertos.

La Calavera Catrina

Una de las figuras más famosas del Día de los Muertos es la Calavera Catrina. Este motivo fue representado por primera vez en las ilustraciones del famoso dibujante mexicano José Guadalupe Posada a principios de la década de 1910. Se la representa como un esqueleto femenino y vistiendo ropas que recuerdan a las prendas que las mujeres europeas de clase alta vestían en aquel entonces. Catrina estaba destinada originalmente a ser un retrato satírico del interés de los nativos mexicanos en parecer más europeos en su vestuario y en su modo de vida.

Catrina se ha convertido en un símbolo del Día de los Muertos porque la forma en que fue dibujada, muerta y a la vez frívola, era un modo de representar la alegría de la vida a pesar de su inevitable final, así como el hecho de que los mexicanos están dispuestos a reírse de su propia muerte y a celebrarlo con una actitud positiva.