En nuestro artículo del blog de esta semana, hemos decidido hacer algo un poco diferente: contar la historia de una de nuestras estudiantes y su experiencia en el aprendizaje de una lengua extranjera con Lingoda. Esta historia empezó cuando recibimos este mensaje en nuestro Twitter:

Nos alegró mucho saber de una de nuestras estudiantes y conocer su opinión positiva  acerca de nuestro trabajo. El hecho de que estuviera disfrutando tanto de su experiencia con Lingoda y que incluso se encontrase en persona con una de sus profesoras para enseñarle Bruselas fue una sorpresa muy grata para nosotros.

No obstante, nuestra naturaleza curiosa nos hizo querer saber más acerca de la historia que hay detrás de este encuentro espontáneo. Es por ello que contactamos con nuestra estudiante y le preguntamos si estaría dispuesta a compartir su experiencia con nosotros. La respuesta fue afirmativa, ¡y aquí te traemos su interesantísima historia!

Sus orígenes y sus razones para aprender francés

Permitid que os presentemos a Zeynep, una profesora que trabaja para el Consejo de Educación en la embajada de Turquía en Bélgica dando clases de turco y de inglés a inmigrantes. Zeynep llegó a Bélgica a finales de agosto de 2014 y lleva aprendiendo francés con Lingoda desde hace 9 meses.

Después de haber vivido en Flandes, la parte de Bélgica en la que se habla holandés, durante dos años, el gobierno local cambió la normativa de inmigración y los requisitos para quedarse en el país pasaron a ser mucho más estrictos para extranjeros que como ella estaban viviendo y trabajando en la región. Esto obligó a Zeynep a solicitar un trabajo en Valonia, una zona que es predominantemente francófona, y para ello tenía que ser capaz de hablar francés con fluidez.

Al principio, nuestra amiga Zeynep estaba agobiada por la idea de aprender “un idioma tan difícil”. En sus propias palabras:

“Casi prefería la muerte antes que ponerme a aprender francés desde cero”.

Cómo se decidió a aprender francés en línea con Lingoda

En vista de que era necesario para quedarse en Bélgica y avanzar en su carrera profesional, Zeynep comenzó a tomar clases de francés en una academia de idiomas local, e incluso intentó el programa intensivo de francés de la Universidad de Gante. No obstante, no estaba teniendo demasiado éxito, debido, por un lado, a que tenía que faltar a muchas clases por culpa de sus ajetreados horarios de trabajo, y por otro, a que estas lecciones tenían un número de alumnos demasiado alto.

Un día, uno de sus compañeros de la embajada le dijo que había empezado a recibir clases en línea con Lingoda. En el primer momento, Zeynep no estaba muy convencida:

“Me parecía muy surrealista, ya que pensaba que no podría aprender sin tener que asistir expresamente a un curso específico y sin interactuar con los profesores y el resto de alumnos de manera real, por lo que no pensaba que fuese algo para mí”

No obstante, con el tiempo Zeynep escuchó hablar acerca de Lingoda a otros compañeros y todos tenían experiencias positivas, por lo que empezó a reconsiderar su postura. Tras ver en nuestra página web que podría reservar una clase de prueba por solo 0,99 €, se animó a darle una oportunidad.

“Seguía sin pensar que el método fuese a encajar bien conmigo, pero pensé que al menos podría probarlo y ver qué tal.”, recuerda Zeynep.

Su experiencia aprendiendo francés con Lingoda

Zeynep quedó muy satisfecha con su clase de prueba, así que decidió reservar un curso de francés con Lingoda y pronto se dio cuenta de lo fácil y cómodo que es nuestro método de enseñanza. Ya no tenía que desplazarse hasta la otra punta de la ciudad para asistir a clase, y tampoco tenía que regirse a unos horarios estrictos, sino que podía adaptar sus clases de acuerdo con su estilo de vida. Además, podría centrarse en los temas y aspectos de la lengua que más le interesaban y tomar clases desde la tranquilidad de su propia habitación.

Las clases de Lingoda son generalmente más personalizadas que las de una escuela de idiomas tradicional, debido a un número reducido de estudiantes (normalmente 5 o menos por clase) y a los atentos profesores, que fomentan la participación y se aseguran de que todos los estudiantes hayan entendido lo que se ha explicado antes de pasar a un nuevo tema. “¡Es increíble lo bien que funciona!”, dice Zeynep.

“Normalmente soy un poco tímida, pero ya no me quedo sin palabras cuando tengo que hablar francés.”

La dedicación y motivación de Zeynep también le ayudó mucho:

“Empecé a descargarme todos los capítulos del nivel en el que estaba, imprimirlos e irlos estudiando en el tren, en la pausa del café… de esta forma, cuando llegaba el momento de tener la clase, estaba más que preparada.”

Una vez, incluso pudo asistir a una clase mientras hacía cola en el aeropuerto:

“Estaba atascada en el aeropuerto, y mientras esperaba en la cola para hacer el check-in, abrí mi Skype, conecté mis auriculares, saqué el PDF con la lección que había impreso y ¡empecé la clase!”

Así es como sucedió su encuentro con su profesora:

“Un día estaba comiendo con unos cuantos compañeros de trabajo, y a veces hablamos sobre nuestras clases, compartimos anécdotas, comentamos quiénes son nuestros profesores favoritos, etc. Estábamos planeando un viaje a Bruselas, y se nos ocurrió que sería una idea genial quedar para conocer en persona a una de nuestras profesoras favoritas, Xenia, ya que sus clases son estupendas y siempre nos divertimos mucho. A ella también le pareció una buena idea, por lo que intercambiamos nuestros datos de contacto y organizamos una cita para vernos. Xenia es tan encantadora en persona como durante las clases a través del ordenador. Por supuesto, decidimos hacernos un selfie y compartirlo con Lingoda en Twitter, y lo que ocurrió después ya lo sabéis.”

Tras escuchar la historia de Zeynep, decidimos también hacerle un par de preguntas que consideramos que podrían ser de gran utilidad para la comunidad de Lingoda:

Para mí, no quedarme sin saber qué decir cuando tengo que hablar en francés fue muy satisfactorio. Que los profesores sean de nivel nativo y de todas partes del mundo también marca la diferencia. Asimismo, la comodidad y la utilidad que ofrece Lingoda contribuyen a completar esta enriquecedora experiencia.

Lo recomendaría a cualquier que quiera aprender un idioma, sin importar si son principiantes o usuarios más avanzados que solo necesitan practicar. Para aquellos que están empezando a aprender una lengua, mi consejo es que sean constantes y que no tiren la toalla después de encontrarse con las primeras dificultades. Ser capaz de hablar un idioma extranjero es algo que requiere determinación y adquirir un hábito de estudiar los materiales. Creo que todos se podrían beneficiar de las ventajas de aprender con Lingoda y, por supuesto, yo seguiré tomando clases.

¡Únete a Lingoda y comienza a vivir tu propia historia!

En Lingoda, nos comprometemos a ayudar a nuestros estudiantes a aprender una lengua extranjera de la forma más efectiva posible. Para ello, contamos con una red mundial de profesores de nivel nativo y cualificados, lo que nos permite ofrecer clases a cualquier hora del día, proporcionando así una flexibilidad única en el sector de la enseñanza. Nuestros estudiantes provienen de todas partes del mundo y cada uno de ellos tiene un nivel, unos antecedentes y unos objetivos diferentes. No obstante, todos tienen una cosa en común: su pasión y motivación para aprender un nuevo idioma y labrarse un futuro mejor. No importa si tienes la intención de aprender una nueva lengua por motivos académicos, laborales o de inmigración. ¡Sea como sea, puedes confiar en Lingoda para guiarte en el camino del éxito!

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